martes, 28 de junio de 2011

Londres… Hello Arthur!!!






Llegamos a la estación de trenes de Paris con tiempo para evitar inconvenientes y tomar en tiempo y forma el Eurostar. Fue emocionante porque íbamos a cruzar el Canal de la Mancha por el Eurotunel. Ya habíamos visto la documental de la construcción del túnel por Discovery Channel y estábamos más que preparados para la experiencia. Pasamos por la boletería, sellamos nuestro pasaje y fuimos a hacer migraciones, allí los ingleses nos preguntaron el motivo de nuestro viaje a Londres y que domicilio tendríamos en el Reino Unido de Gran Bretaña. No teníamos alojamiento reservado así que dijimos la verdad: turismo y vamos a buscar un hotel allá, nos sellaron los pasaportes y listo, sin dramas. Se ve que no nos vieron cara de terroristas, traficantes, ni tenistas.

El tren del primer mundo nos dejó con puntualidad inglesa 2 horas y 15 minutos después de haber salido del centro de Paris, en el centro de Londres. El cruce del Canal de la Mancha duró exactamente 20 minutos. Qué maravilla! También hay trenes que cruzan desde el continente a Londres desde Bruselas y otras capitales de Europa del Norte. En línea recta hay aprox. 350 kms entre París y Londres. El tren iba rápido! Al llegar estábamos preparados para pasar la primera prueba, a encontrarnos con Arthur (personaje de los libros con los que yo estudiaba inglés y que él me entendiera cuando le hablara en mi primitivo inglishhhhhhhh).

En oficina de la estación nos ayudaron a buscar alojamiento; la única opción fue un hotel cerca de Victoria Station que es la estación de tren más céntrica, a solo 110 libras por noche con baño compartido, por lo que huimos espantados en busca de algo más razonable. Decidimos tomar el "tube" (subterráneo) así que, para evitar diálogos o más bien, monólogos de los ingleses y quedar pagando nos fuimos a la máquina expendedora de boletos. Boleto simple del subte para ir a zona 1 (centro de Londres) salió la módica suma de 4 libras que multiplicada por 7 era el equivalente de 28 pesos, es decir unas 25 veces más que el subte de Bs As. My good!!. Pensé "acá termina nuestro viaje", con estos precios nos volvemos rápidamente a casa!!! Pero como todavía no hay vuelos a la Patagonia, decidimos darle una segunda oportunidad a la ciudad antes de salir huyendo y arrepentirnos de haber elegido ese destino. Y para colmo… llovía !!! Qué bajón!

Finalmente conseguimos un departamento bien ubicado que salía 80 libras por noche pero podríamos cocinarnos algo. Como teníamos que volver a tomar el subte, hicimos cola en la ventanilla para hablar con un Arthur, que no era un típico inglés sino un negro muy simpático, que nos vendió una travel card que nos permitió viajes ilimitados en los subtes y colectivos por 6,25 libras diarias. Llegamos al departamento y nos atendió una señora que hablaba un inglés medio cruzado y que a las dos palabras nuestras se dio cuenta que éramos latinos, por lo que empezó a hablar español ya que era colombiana. Hugo, el encargado era italiano así que nos entendimos perfectamente. El departamento era un tipo edificio de esos de las películas inglesas con sótano y todo y bastante viejo, muy bien ubicado cerca del edificio de la BBC.

Dejamos las mochilas y nos fuimos a recorrer Londres. Teníamos solo 48 horas en esa gran ciudad y no podíamos perder un minuto. Rita tenía un cronograma intensivo para la tarde/noche, así que arrancamos. Milagrosamente dejó de llover y salió el sol !!! Tomamos el "tube" hasta el Big Ben y luego nos comimos unos sándwichs en la vereda frente al a la Abadía de Westmister donde se casaron los príncipes. Lo nuestro fue menos glamoroso… Nos sacamos la foto clásica con las cabinas del teléfono rojas. También vimos a los famosos colectivos de doble piso, que para Rita era todos colectivos de turismo y estaba sorprendida de la cantidad de excursiones que había en Londres. De ahí pasamos a Trafalgar Square que es la zona de teatros, cines, clubes y restaurantes. Caminamos por las estrechas calles del Barrio Chino y llegamos al centro comercial de Picadilly Circus, conocimos la famosa calle comercial Oxford Street y llegamos caminando al departamento y ahí nos dimos cuenta que estaba bien ubicado.

Como estábamos muertos decidimos ir a un supermercado cercano a comprar la cena y ohhh sorpresa! Por lo menos este super no tenía cajeros humanos, o había uno solo; existen máquinas donde el cliente mismo pasa el código de barras de cada producto que compra, embolsa lo comprado y para pagar, hay que insertar el dinero y la máquina da cambio en billetes y monedas… nos quedamos helados! Nadie te controla nada, solo hay un asistente por si te trabas con algo y obviamente que nos tuvo que ayudar cuando nos quedamos esperando un rato el vuelto y el mismo estaba en una parte de la maquina que no habíamos visto. Todo es cuestión de cultura!

El plan para el día siguiente era conocer la Catedral y la Torre de Londres. Nos tomamos el "tube" y nos perdimos en la red subterránea, ya que las líneas no tienen números ni direcciones. Hay unas 15 líneas y en los carteles indicadores solo aparece "dirección sur, norte, este u oeste" de la línea en la cual nos encontramos, entonces es difícil ubicarse si uno no está canchero. Y en el centro de la trama hay 3 líneas que tienen un servicio circular, que pasan por la misma vía pero luego tienen diferentes direcciones, por supuesto, nosotros tomamos el equivocado. Cuando finalmente pudimos enganchar el tren correcto, llegamos a la Catedral de St.Paul pero no entramos ya que había que pagar una entrada y nuestra religión no nos permite.

Luego cruzamos un puente del Río Támesis y dimos con el Tate Modern Museo, que tenía una exhibición gratis de artistas modernistas, así que entramos y nos encantó porque pudimos ver obras originales de Miró, Kandinsky, Picasso, Dalí, Diego Rivera, Matisse y Monet, entre otras. Más allá de la importancia de cada obra exhibida, es increíble que estén al alcance de todo el mundo. El lugar es impresionante, pasamos un buen momento ahí disfrutando de mirar. La muestra estaba preparada para todo tipo de público, había escuelas con niños pequeños, estudiantes avanzados de arte, gente del lugar, turistas… todos disfrutando de forma ordenada y respetuosa.

Luego seguimos caminando cerquita del río por un boulevard limpísimo, arbolado, impecable. Llegamos hasta el famoso Puente de la Torre, cruzamos el río nuevamente y vimos la Torre de Londres, una especie de fortaleza, en la cual personajes de la historia inglesa, vivieron sus últimos días antes de ser asesinados por la Corona, como lo fue Ana Bolena y otros más. Nos comimos las típicas chips and fish (papas fritas con pescado frito) y seguimos rumbo a Wimbledon, previo análisis de los subtes a tomar. Renegamos un rato con esos trenes que tienen direcciones diferentes pero que pasan por la misma vía hasta que enganchamos el correcto. Ahí se nos presentó otro problema: con nuestra tarjeta del subte podíamos llegar hasta solo dos estaciones antes del lugar donde se juega el torneo así que nos bajamos en la última estación permitida y nos tomamos un micro. En un primer momento pensamos en continuar sabiendo que no estaba permitido pero desistimos pensando que seguro nos enganchaban y terminábamos en la cárcel por una boludez. Con los ingleses no se juega!

Llegamos a Wimbledon con la intención de conocer el lugar y comprar algo para llevarle a mi viejo (fanático del tenis). Imposible entrar, había que hacer una cola de más de una hora para sacar la entrada y solo para dar una vuelta. Buscamos los negocitos de venta callejera o boliches que vendieran algo que dijera Wimbledon pero no encontramos nada… Todo se maneja en un absoluto orden inglés y no hay nada fuera del lugar. La venta callejera no existe así que nos volvimos al centro con la intención de visitar The National Gallery, que habíamos visto el día anterior. Qué hermoso lugar! Las exhibiciones se dividen en salas de pintura europea por siglos. Vimos cuadros de Botticelli (siglo XV); de Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, Rafael y Tiziano (siglo XVI); Rubens, Velázquez y Rembrandt (siglo XVII); Goya, Cézanne, Monet y Van Gogh (siglos XVIII al XX). Vimos la famosa pintura de Goya "Sunflowers" (girasoles en un florero) y nos maravilló! La entrada obviamente que es gratuita y la muestra es nuevamente ¡¡¡ impresionate!!!

Como no podíamos dejar de conocer el Palacio de Buckingham y ver si se asomaba por unas de las ventanas la Reina Victoria II, partimos (medios rotos) para el sitio. Es una edificación inmensa pero media sosa, y obviamente, a los únicos que vimos fue a los integrantes de la Guardia Real que hacían "guardia" frente al Palacio, derechitos, sin distraerse ante los flashes de los turistas.

El último día decidimos visitar el museo Británico que tiene la colección de momias egipcias más importante del mundo. Pensábamos que la entrada iba a salir una fortuna pero había que verlo si o si. Fuimos caminando desde el depto, quedaba cerca. No encontramos boletería ya que el museo es gratis! Si, nuevamente un museo increíble y gratis. Se pueden ver colecciones de piezas de los egipcios, romanos, asirios, caldeos, mayas, etc. Estuvimos como 2 horas porque solo vimos las salas egipcias y de México, pero habría que pasarse 3 días para ver todo lo que tiene. Realmente nos encantó lo que vimos, impresionante las momias y los sarcófagos; también visitamos una sala con esculturas egipcias… magníficas!

Visitar Londres era como un tabú. Teníamos curiosidad por ver la city y averiguar cómo vivían sus habitantes y saber porque son tan serios, tan correctos y tan raros. Raros no solo porque conducen sus autos en dirección contraria al resto del mundo, o porque son tan tradicionalistas… y aunque raros o diferentes a la cultura sudamericana, la verdad que nos sorprendieron. Londres es una ciudad cosmopolita, multi-cultural, hay una mezcla racial importante (sudafricanos, hindúes, latinos, musulmanes). Es una ciudad limpísima, sin grafitis, sin carteles pegados por todos lados, sin cables aéreos, con espacios verdes importantes. Realmente nos encantó Londres!

No nos quedaba más tiempo debido a que nuestro avión rumbo a Barcelona salía a las 5 de la tarde y teníamos un tramo en tren hasta uno de los aeropuertos satélites que tiene Londres. Fuimos a buscar las mochilas, y a despedirnos de los encargados del departamento y nos tomamos el tren al aeropuerto de Luton. Nos esperaba Barcelona y el encuentro con mi hermano Walter.


1 comentario:

  1. Que belleza por favor, que órden, que bonito!! Y que envidia.
    Chicos, no tienen manera de quedarse allá?? para evitar las cenizas, el frío, el descenso de River a la B y todos los canales hablando de eso, a Buzzi que se hizo cristinista y a das neves haciendo campaña con Aldo Rico, o el romance de Kris y Boudou que compartira presidencia y cama, yyyyyy ufff. Disfruten, pero disfruten muuuuucho eh.
    pd: buenisimos los relatos,, no lo teniamos a dela reta escritor eh

    ResponderEliminar