miércoles, 27 de agosto de 2014

LA MAGIA DEL VALLE SAGRADO DE LOS INCAS

Miércoles 25-06-14. En el tren de ida a Machu Picchu conocimos a una pareja de colombianos divinos, Ana María y Christian. Como retornaríamos juntos y en el mismo tren de Aguas Calientes a Ollantaytambo, y luego a Cusco, nos habíamos puesto de acuerdo para alquilar un taxi a medias y hacer el recorrido parando en lugares de interés que queríamos conocer, y así hicimos. Al descender del tren, fuimos a conocer las ruinas de Ollantaytambo. Este sitio arqueológico inca fue una fortaleza que constó de un sector donde estaba el pueblo, de un sector militar, de un centro ceremonial y de terrazas de cultivo. Se destaca en las construcciones el color rosa viejo de las piedras. 
Salineras

Después fuimos a conocer unas salineras llamadas "Maras". Qué lugar curioso! Se trata de pequeñas minas de sal donde la sal se forma en unos 3000 pozos pequeños con un área promedio de unos 5 m². En tiempos de sequía, éstas se llenan con agua salada que proviene de un manantial natural que se encuentra arriba de los pozos, cuando el agua se evapora la sal se cristaliza. Cuando la sal alcance unos 10 cm de altura desde el piso, es retirada y después embolsada en costales plásticos y enviada a los mercados de la región para venta y consumo. Obviamente, compramos unos paquetitos de sal de distintos sabores.

Nuestra tercera parada fue en la ruina de Moray ubicadas a 3.500 msnm. A simple vista parece un anfiteatro pero se trata de terrazas de cultivo o andenes en forma de círculos concéntricos que, según los investigadores, funcionaron como un centro de investigación en época de los Incas, donde se llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La disposición de los andenes hace posible la existencia de varios micro-climas con diferentes temperaturas, siendo la más alta la que está en el centro del embudo y baja la temperatura hacia el exterior del mismo. 
Moray
Ya en el pueblo de Chinchero, visitamos un emprendimiento artesanal perteneciente a una cooperativa de tejedores, que nos explicaron desde cómo sacan la lana de las ovejas y los camélidos, cómo las tiñen usando tinturas naturales, cómo la hilan y finalmente, cómo realizan esos maravillosos tejidos a telar. Nos encantó! La última parada antes de llegar a Cusco fue la plaza y centro histórico de Chinchero, donde se combina claramente la arquitectura incaica con la colonial. Después de subir unas largas escaleras, llegamos a una plaza donde se concentra un mercado artesanal. Se destaca la iglesia colonial levantada a mediados de 1400 sobre bases incas. Una vez más se puede ver el mestizaje arquitectónico que se da en muchas partes del Perú, pero sobre todo en Cusco.
Evangelina, una tejedora

Llegamos a Cusco al atardecer, cansados… El taxista nos dejó frente a la Plaza de Armas … las luces comenzaban a encenderse… mucha gente… el frío se sentía… nos despedimos de nuestros amigos con la promesa de encontrarnos nuevamente antes de dejar Cusco y nos fuimos caminando hacia el hotel, observando, admirando, incorporando todo lo que habíamos aprendido esos días… Ya se acercaba el fin de nuestro viaje y nos quedaba dos días enteros en Cusco para caminarla y conocer lo más posible de este bello lugar…

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