lunes, 11 de junio de 2012

El comer como el rascar es solo cuestión de empezar…


En la posada de Olinda nos asignaron una habitación poco ventilada, rodeada de plantas, las ventanas no tenían vidrio ni tela mosquitera, solo una persiana que funcionaba como tal y como vidrio. La habitación tenía más o menos, 15 m2 incluido el baño… minúscula y oscura!
La primera noche decidimos dormir con la ventana abierta para que ventilara un poco la habitación. Aclaro que la temperatura durante la noche debe rondar los 24 grados así que no hace falta aire acondicionado ni ventilador, la posada estaba ubicada cerca del mar por lo que siempre corría un vientito agradable. 
Apagamos la luz y a dormir, error! Fuimos invadidos por una nube de mosquitos que se abalanzaron sobre nuestros cuerpitos… Cerca de las 3 de la mañana, cuando la situación se hacía insoportable, encaramos la masacre… Cerramos la ventana, prendimos el aire, y ojota y toalla en mano, matamos más de 100 mosquitos que estaban dando vueltas por la habitación. Quedaron mosquitos muertos por todos lados, sabanas, paredes, techo, muebles. Nosotros aun estamos rascándonos. Aun no tenemos síntomas de dengue así que calculamos que los mosquitos eran de los comunes…

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