Miércoles
25-06-14.
En el tren de ida a Machu Picchu conocimos a una pareja de colombianos divinos,
Ana María y Christian. Como retornaríamos juntos y en el mismo tren de Aguas
Calientes a Ollantaytambo, y luego a Cusco, nos habíamos puesto de acuerdo para
alquilar un taxi a medias y hacer el recorrido parando en lugares de interés
que queríamos conocer, y así hicimos. Al descender del tren, fuimos a conocer las
ruinas de Ollantaytambo. Este sitio arqueológico inca fue una fortaleza que
constó de un sector donde estaba el pueblo, de un sector militar, de un centro
ceremonial y de terrazas de cultivo. Se destaca en las construcciones el color
rosa viejo de las piedras.
Después fuimos a conocer unas salineras
llamadas "Maras". Qué lugar curioso! Se trata de pequeñas minas de
sal donde la sal se forma en unos 3000 pozos
pequeños con un área promedio de unos 5 m². En tiempos de sequía, éstas se
llenan con agua salada que proviene de un manantial natural que se encuentra
arriba de los pozos, cuando el agua se evapora la sal se cristaliza. Cuando la
sal alcance unos 10 cm de altura desde el piso, es retirada y después embolsada
en costales plásticos y enviada a los mercados de la región para venta y
consumo. Obviamente, compramos unos paquetitos de sal de distintos sabores.
Nuestra tercera parada fue
en la ruina de Moray ubicadas a 3.500 msnm. A simple vista parece un anfiteatro
pero se trata de terrazas de cultivo o andenes en forma de círculos
concéntricos que, según los investigadores, funcionaron como un centro de
investigación en época de los Incas, donde se llevaron a cabo experimentos de
cultivos a diferentes alturas. La disposición de los andenes hace posible la existencia
de varios micro-climas con diferentes temperaturas, siendo la más alta la que
está en el centro del embudo y baja la temperatura hacia el exterior del mismo.
Ya en el pueblo de
Chinchero, visitamos un emprendimiento artesanal perteneciente a una
cooperativa de tejedores, que nos explicaron desde cómo sacan la lana de las
ovejas y los camélidos, cómo las tiñen usando tinturas naturales, cómo la hilan
y finalmente, cómo realizan esos maravillosos tejidos a telar. Nos encantó! La
última parada antes de llegar a Cusco fue la plaza y centro histórico de
Chinchero, donde se combina claramente la arquitectura incaica con la colonial.
Después de subir unas largas escaleras, llegamos a una plaza donde se concentra
un mercado artesanal. Se destaca la iglesia colonial levantada a mediados de
1400 sobre bases incas. Una vez más se puede ver el mestizaje arquitectónico
que se da en muchas partes del Perú, pero sobre todo en Cusco.
Llegamos
a Cusco al atardecer, cansados… El taxista nos dejó frente a la Plaza de Armas …
las luces comenzaban a encenderse… mucha gente… el frío se sentía… nos
despedimos de nuestros amigos con la promesa de encontrarnos nuevamente antes
de dejar Cusco y nos fuimos caminando hacia el hotel, observando, admirando,
incorporando todo lo que habíamos aprendido esos días… Ya se acercaba el fin de
nuestro viaje y nos quedaba dos días enteros en Cusco para caminarla y conocer
lo más posible de este bello lugar…
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